Javier Sosa, de República Dominicana a Varela



Entrevistas » 03/03/2024

Hace 10 años el paisaje era serrano, la bandera era de un país caribeño y la tranquilidad se respiraba por todos lados.

Hace 10 años el paisaje era serrano, la bandera era de un país caribeño y la tranquilidad se respiraba por todos lados. En ese contexto encontré a Javier Sosa (52) , un reconocido miembro de una familia de imprenteros de Varela que estaba hacía menos de cinco años en República Dominicana.
Hoy, el paisaje es urbano y bien conocido por ambos. La cada vez más grande ciudad de Florencio Varela es testigo esa tarde de un reencuentro, ya que Javier volvió por dos semanas a su ciudad natal, debido a que por su mamá Nelly , partió de este mundo apenas hace algunos días.

-¿Se te puede decir bienvenido?
-Si, si…
-¿Cuánto hace que no estabas por acá?
-La última vez fue en 2012.
-Seguro que viste cambios…
-Muchísimos. Encontré a una Varela con más gente, más edificios, más negocios, nuevas casas… Comercialmente muy activo. Vi muy limpio todo, noté los árboles centenarios, me encantó cómo quedó el Boulevard de la Avenida Eva Perón y la San Martin con el Metrobús… Eso es lo bueno. Lo malo es que vi muchas calles hechas bolsa, veredas destruidas y en ciertos lugares mucho abandono… Paredes, puertas, rejas oxidadas, picadas… Como que no tienen mejoras hace mucho y me pareció raro que casas muy hermosas tengan los pastos altos…
-¿Te sentiste inseguro?
-Para nada… Y eso que yo soy re miedoso como cuando vine en 2012. Ahí me sentía inseguro, no vi tanta inseguridad, todos andan hablando y mandando audios con los celulares… Será por las cámaras que hay también por todos lados.
-¿Cuál era tu expectativa antes de llegar?, ya que imagino que te llegan noticias de como está la situación socioeconómica de Argentina….
-Me llegan todas las noticias y veo que la «agravan» un poco más de lo que realmente es y se está. Al país lo tiran muy abajo, con mucha inseguridad, mucha delincuencia, mucho kilombo… Está bien, hay pero no lo notás cuando estás una vez acá. Conversé con muchos amigos y me dicen que trabajo hay, el grave problema que hay y que en 2012 no había es la inflación. La plata no les alcanza, los precios se mueven todos los días. Me pasó que compré el primer día que llegué un kilo de helado a 6000 pesos y al otro día subió a 7000. Las zapatillas que me compré, dos días después habían subido de 28 a 30.000 y así un montón de cosas. El cambio me favorece porque hay cosas que las encontré hasta ocho veces más baratas que en Dominicana, especialmente la comida.
-¿Allá no los afectó la Pandemia?
-Si, como a todos pero en todo ese período el dólar subió cinco pesos y después que pasó todo, volvió a bajar. Y acá el dólar sube pero no baja.
-¿Quisieras volver?
-Me da mucha nostalgia pero por la situación que remás en dulce de leche y que no te rinde lo que laburás, no. No volvería. Tal vez algún día… No sé, habría que ver.
-A los que fantasean con irse, ¿qué les podés decir?
-Que es muy difícil, que es muy duro… (se emociona)… Tenés que tener ayuda adentro, sólo es muy difícil. Si vas como empleado, empezás de cero porque los salarios no son buenos, si vas con una profesión te puede ir mejor y ver por ejemplo qué puede faltar, lo instalás y arrancás … Ahí sí.
-Llegaste en un momento personal duro.
-Sí, con mi mamá Nelly estuve en contacto hasta una semana antes de morir. Fue tan fulminante que no pude llegar… Así es el destino… Aprovecho entonces a través de Mi Ciudad a agradecer a todos los que estuvieron con ella, con mis hermanos y conmigo en estos días que volví.


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