Otra profanación en el cementerio

Luis Ibarra se crió en Florencio Varela y tiene 75 años. Trabajó por más de 30 años en la empresa de ómnibus «El Halcón», tras lo cual se jubiló. Junto a su esposa, cada semana visita, en el Cementerio local, la bóveda donde descansan los restos de su hija. A mediados de agosto, grande fue su sorpresa e indignación al ver que el sitio había sido profanado. Así le relató lo sucedido a Mi Ciudad:

«Nosotros vamos todas las semanas con mi esposa al cementerio porque tenemos ahí a nuestra hija que lamentablemente se nos fue a los 38 años. Siempre vamos a llevarle una flor y rezarle un Padre Nuestro. Cuando llegué a la bóveda me encuentro con que me robaron las nueve placas que estaban ahí. Las despegaron de la pared, aunque estaban fijadas con tornillos y siliconas», nos dice, con enorme tristeza.
«Fui a quejarme adelante, donde están los encargados, y ahí me atendió un señor, que miró lo que había pasado, y después me mostró un balde que tenía, lleno de fotos de otras sepulturas. Oh casualidad que una de las fotos de mi hija, que era de una de las placas, estaba arriba de todo. ¿Cómo puede ser, cómo llegó esa foto ahí?
Yo no soy perito pero saco mis conclusiones. Capaz que hago mal en decirlo, pero ahí están entongados con la gente que roba. El cementerio es tierra de nadie, yo creo que a la noche no hay nadie que vigile. Esto no puede pasar en Florencio Varela», agrega.

Luego de explicarnos que obviamente no le interesa el valor material de las placas robadas, hace especial énfasis en que aún le falta recuperar una foto de su hija que estaba en la bóveda y desapareció. «La voy a encontrar cueste lo que cueste», afirma, y culmina con una reflexión: «Quiero que mi pueblo se entere de lo que está pasando en el cementerio. Un ser humano que va a robar a un cementerio es lo último que puede haber».