La creciente ola de inseguridad en Florencio Varela fue motivo para dos reuniones vecinales –una de ellas, con la presencia de funcionarios municipales y autoridades policiales- en las que se expusieron algunos de los delitos que se vienen produciendo en las últimas semanas.
La creciente ola de inseguridad en Florencio Varela fue motivo para dos reuniones vecinales –una de ellas, con la presencia de funcionarios municipales y autoridades policiales- en las que se expusieron algunos de los delitos que se vienen produciendo en las últimas semanas.
Robos de autos y de ruedas a toda hora, violentas entraderas con repetidas metodologías, motochorros que atacan en pleno día, el ingreso a una tradicional fábrica de Villa Vatteone rompiendo impunemente cerraduras y puertas sin que nadie se entere y la falta de una contención y atención adecuada al momento de concurrir a hacer la denuncia a la respectiva Comisaría, son motivos suficientes para considerar a nuestra ciudad en estado de emergencia.
Uno de los encuentros se desarrolló en el Club Nahuel. Allí, representantes de la Comuna y comisarios locales escucharon los reclamos de los asistentes por lo que entienden es un total estado de desprotección. Las reiteradas «entraderas» que se conocieron en la zona céntrica, preferentemente en casas habitadas por personas mayores, a las que ataron y torturaron, fue uno de los puntos más sensibles que se encararon. Las autoridades policiales trataron de explicar lo inexplicable, y hasta un comisario mayor dijo que los policías «tenían derecho» a tomar mate en horas de servicio, lo que causó el malestar imaginable entre los presentes. Pero lo cierto es que los delitos siguen y no se aclaran. Hay víctimas, pero no hay detenidos.