Inundaciones: la cuenca que no miramos



Edición Impresa » 28/06/2025

Las recientes inundaciones en Florencio Varela han puesto en evidencia una realidad que, aunque latente, ha sido históricamente ignorada: la vulnerabilidad de los arroyos de la cuenca San Francisco.

Las recientes inundaciones en Florencio Varela han puesto en evidencia una realidad que, aunque latente, ha sido históricamente ignorada: la vulnerabilidad de los arroyos de la cuenca San Francisco. En la localidad de Gobernador Monteverde, la falta de obras de mitigación y la ausencia de una planificación urbana adecuada han convertido a este curso de agua en un símbolo de la desidia estatal y la urgencia de una intervención integral.
La cuenca del arroyo San Francisco, que forma parte del sistema hídrico de la provincia de Buenos Aires, ha sido objeto de estudios por parte del CONICET y la Secretaría Hídrica provincial. Sin embargo, los informes técnicos y las advertencias de especialistas no han sido suficientes para impulsar las obras necesarias que eviten los anegamientos recurrentes o estrategias de mitigación.
Según datos oficiales, el arroyo San Francisco tiene una longitud de 14 kilómetros y atraviesa una zona de relieve bajo, con altitudes que varían entre 5 y 50 metros sobre el nivel del mar. La escasa pendiente, que no supera el 2%, lo convierte en un área propensa a inundaciones, especialmente en épocas de lluvias intensas. La expansión urbana descontrolada ha agravado esta situación, reduciendo la capacidad de absorción del suelo y aumentando el riesgo de desbordes.

En este derrotero de hechos el pasado mes de mayo, Florencio Varela sufrió una de las peores inundaciones de los últimos años, una tragedia anunciada. Las imágenes de calles anegadas y familias evacuadas reflejaron la falta de infraestructura adecuada para contener el avance del agua y la desidia en la planificación urbanística y obras inexistentes, desde hace décadas, son las principales causas de esta crisis, dejando a miles de vecinos sin saneamiento, colectores y desagües pluviales que podrían haber mitigado el impacto del temporal.
Más allá de las obras hidráulicas, la problemática de la cuenca San Francisco también está ligada a la falta de ordenamiento territorial, un ejemplo más de lo caótico de la gestión Watson. La ocupación de zonas inundables sin estudios de impacto ambiental ha generado un crecimiento urbano anárquico, donde los asentamientos y la falta de espacios verdes han contribuido a la crisis hídrica, mostrando una vez más la falta de gestión de la intendencia de Florencio Varela. Esta falta, que se caracteriza en varios aspectos, es aún más grave siendo el área de la cuenca muy estudiada, teniendo puntos de monitoreo de la provincia de Buenos Aires en el curso ubicado del lado de Quilmes, ¿Por qué no se gestionó ese elemento importante para la mitigación y prevención?, seguramente por desidía.
Expertos del CONICET han advertido sobre la importancia de considerar las cuencas hidrográficas como unidades territoriales para la gestión de los recursos hídricos. Sin una planificación adecuada, las inundaciones seguirán siendo una amenaza latente para los vecinos de Florencio Varela.
La cuenca del arroyo San Francisco es un reflejo de la falta de previsión y gestión en materia hídrica por parte de la gestión Watson y sus trece apóstoles del fracaso. Las inundaciones de mayo han demostrado que la ausencia de obras y planificación urbana tiene consecuencias devastadoras. La cuenca que no miramos debe convertirse en la cuenca que atendemos.


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