Por Federico Ahrtz.
Mientras que en ciudades como La Plata se evidencia la aplicación visible de la norma IRAM 3810:2006 en las unidades de ómnibus, en Florencio Varela no solo no se exhiben señales de cumplimiento...
Mientras que en ciudades como La Plata se evidencia la aplicación visible de la norma IRAM 3810:2006 en las unidades de ómnibus, en Florencio Varela no solo no se exhiben señales de cumplimiento, sino que tampoco se promueve la homologación de esta norma como política en el transporte público. La norma IRAM 3810:2006 establece un sistema de gestión de seguridad vial para empresas de transporte de pasajeros, con requisitos administrativos, operativos y de control que buscan prevenir siniestros y mejorar la calidad del servicio. Sin embargo, su implementación sigue siendo una excepción y no una regla.
La norma IRAM 3810 establece buenas prácticas en seguridad vial, capacitación de choferes, mantenimiento de unidades y monitoreo de riesgos. No exige simbologías visibles en los vehículos, aunque necesaria para que el pasajero sepa que la unidad cumple con la norma, pero sí certificaciones internas que garanticen estándares mínimos de calidad y seguridad. Su aplicación permite auditar procesos, prevenir accidentes y profesionalizar el servicio.
Pero en nuestro querido Florencio Varela la norma brilla por su ausencia. El transporte público continúa funcionando sin controles visibles, sin certificaciones homologadas y sin una política clara de mejora continua, cabe aclarar, política que es obligación de quienes hoy gestionan el distrito. Las unidades circulan con fallas mecánicas, sin rampas ni accesibilidad, y con frecuencias que no responden a las necesidades de la comunidad. Esto deja a miles de trabajadores, estudiantes y vecinos expuestos a riesgos cotidianos. Lo más grave es que las respuestas institucionales suelen llegar después de las tragedia.s Se actúa cuando hay víctimas, pero no se previene. No hay inversión en seguridad vial, ni en formación de conductores, ni en infraestructura adecuada. El transporte público, que debería ser un pilar del desarrollo laboral y educativo, se convierte en un obstáculo más para el arraigo y la dignidad territorial.
¿Por qué es urgente homologar IRAM en Varela?
- Porque permitiría auditar y mejorar el servicio desde parámetros técnicos y verificables.
-Porque garantizaría condiciones mínimas de seguridad para los pasajeros y los trabajadores del transporte.
- Porque contribuiría a una política de movilidad sustentable, inclusiva y territorialmente justa.
- Porque el transporte no es solo un medio, es un derecho, una herramienta de acceso al trabajo, a la salud y a la educación.
Es tiempo de que el Municipio, junto a las empresas prestatarias y los organismos de control, promuevan la homologación de la norma IRAM 3810:2006 como parte de una política integral de movilidad. No se trata solo de colocar calcomanías en los colectivos, sino de transformar el sistema desde adentro, con formación, planificación, participación comunitaria y control ciudadano.
Lo que está en juego es el modelo de desarrollo que deberá interpelarse para Florencio Varela. No se trata de sostener funcionarios sentados cómodamente en escritorios con Wi-Fi, chofer y aire acondicionado mientras el vecino espera el colectivo bajo la lluvia, sin refugio, sin frecuencia, sin garantías. Se trata de construir colectivamente un sistema de transporte digno, seguro y pensado desde el territorio.
El transporte público no puede seguir siendo una trampa cotidiana ni una excusa para la inacción. Es hora de que la comunidad se exprese, que los barrios propongan, que los trabajadores, estudiantes y productores rurales digan qué movilidad necesitan. Porque nadie conoce mejor los caminos que quienes los transitan todos los días.
Invitamos a cada vecino, vecina, referente barrial y educativo a sumar su voz, sus ideas y sus reclamos. ¿Qué transporte soñamos para Varela? ¿Qué condiciones mínimas exigimos? ¿Qué modelo de movilidad queremos construir desde abajo?
La transformación empieza cuando dejamos de esperar y empezamos a proponer. Porque el desarrollo no se decreta, se camina, se debate y se conquista.