Femicidios: las cifras que alarman



Policiales » 01/12/2019

La violencia contra la mujer es un tema de preocupación mundial y actualmente es considerado una plaga que vulnera sus derechos y atenta contra sus vidas. Este problema obedece a estructuras jerárquicas patriarcales, socialmente establecidas, que reproducen una cultura donde la figura femenina es vista como un objeto desechable.
Nuestro país e inclusive nuestra región no son ajenas a estos casos. Desde el Observatorio «Ahora Sí Que Nos Ven», el cual se dedica al estudio de la violencia de género, se indicó que durante octubre 25 mujeres fueron asesinadas en el país, siendo la provincia de Buenos Aires el distrito con las cifras más altas en torno a la violencia machista, con un total de 96 muertes. Con esto, el número de víctimas en lo que va del año aumentó a 275, unas 95 en toda la provincia de Buenos Aires, donde 30 corresponden a la Zona Sur. Esto significa que una mujer es asesinada cada 26 horas.

En cuanto al último informe que se dio a conocer, en 2018 se registraron 278 femicidios. Lo que deja en evidencia que, a dos meses de que finalice el año, ya fueron asesinadas más mujeres que en todo el año pasado. Esta cifra significa que 195 menores de edad se quedaron sin su madre. El 18 por ciento de las víctimas había realizado denuncias previas y sólo el 4% de los agresores no conocían a la víctima. Vale la pena resaltar que desde el comienzo de 2019 hubo más de siete femicidios en la Zona Sur del Conurbano.
Las mujeres constantemente son discriminadas, ya sea por parte del Estado o la sociedad. Existen distintas clases de violencia en las que las mujeres siempre han sido víctimas, siendo las más destacables la física, sexual, psicológica, económica y autoinfligida.
Más allá de los botones antipánico o las perimetrales, la vida de las mujeres está en juego. Es el caso, por ejemplo, de Fernanda, una vecina de Florencio Varela, que durante septiembre pasado fue salvajemente golpeada por su ex pareja. «Siempre me levantó la mano, me dejaba hematomas en todo el cuerpo, me había dejado el ojo morado y hasta chichones», comentó la joven mujer a Mi Ciudad y añadió: «Inclusive vino a buscarme hasta la puerta de mi casa y eso que tengo la restricción, pero para él es solo un papel».
Esta es la realidad que viven cientos de mujeres en todo el país, muchas de las que no llegan a ser escuchadas. Hasta el año pasado la violencia contra la mujer dejó huérfanos a 202 niñas, niños y adolescentes, según los datos oficiales difundidos por la Corte Suprema de Justicia a principios de 2019. El «Informe de Femicidios de la Justicia Argentina» reveló que del número total de muertes, 255 fueron de maneras «directas» y 23 vinculadas, es decir las producidas contra personas con vínculo familiar o afectivo con la mujer, buscando hacer más daño a la víctima.
Fernanda fue golpeada no solo en el ámbito privado sino también en la calle, inclusive frente a sus amigos. «Me aisló de mis amistades, de mi familia y me empezó a controlar los teléfonos. Además perdí el trabajo por su culpa». La realidad de ella, como de tantas otras mujeres están atravesadas por el sufrimiento, la impotencia de no ser escuchadas, el no sentirse protegidas y tener sus derechos vulnerados.
Aunque, actualmente no se conocen las cifras oficiales sobre la cantidad de femicidios que tuvieron lugar durante este año, durante el año pasado se registraron en el Departamento Judicial de Quilmes 8.061 procesos penales, es decir, un 6,9 por ciento más que en 2017. Estos datos corresponden al Informe de Femicidios y Procesos Penales de Violencia Familiar y de Género, desarrollado por el Ministerio Público de la Provincia de Buenos Aires. En el mismo documento se destaca que en la región tuvieron lugar nueve femicidios, de los cuales cinco corresponden a Florencio Varela y los cuatro restantes a Quilmes.
Las cifras al igual que los casos son alarmantes, teniendo en cuenta que el 83 por ciento de las víctimas tenía un vínculo previo con los varones imputados, procesados o condenados, con condena firme o no. En la mayoría de los casos, las muertes fueron cometidas por parejas o ex parejas de las víctimas (56 %); por familiares (15 %) y por personas con otro tipo de vínculo (12 %).


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