Escuela 57, una postal del abandono

Hace un par de semanas, la Comuna difundió la inauguración de dos flamantes aulas en la Escuela 50, donde más allá de la buena noticia, persisten muchas carencias. A pocas cuadras de allí, otra escuela, la 57, se encuentra abandonada por las autoridades y no está en condiciones de empezar el ciclo lectivo 2021. Durante la Pandemia, y aprovechando la suspensión de las clases, la robaron en seis oportunidades. Y en esos robos, se llevaron de todo: desde los ventiladores de las aulas y un cañón proyector, hasta un freezer, los cables de electricidad y la bomba de agua del edificio. Lo único que se salvó fueron los televisores y computadoras, que los docentes pusieron a resguardo, conocedores de lo que se venía con el aislamiento y las condiciones sociales del barrio.
La alarma del colegio –que pagaron a través de la cooperadora- no funciona desde hace más de dos años. Pero el Consejo Escolar no soluciona el tema, pese a los reiterados pedidos en tal sentido. Como tampoco los gremios docentes parecen muy preocupados por las condiciones edilicias de la escuela. El tendido eléctrico de ella y de la secundaria anexa es tan precario como peligroso. Pero la gente de SUTEBA y otros pares se llamaron a silencio desde el cambio de gobierno. «Es increíble como desaparecieron los que dicen representarnos. Si estas cosas hubieran pasado el año último, hubieran puesto el grito en el cielo», dijo a Mi Ciudad una maestra local.
El colegio, está ubicado en la calle 907 A 1524, a tan solo tres cuadras de la Avenida Hudson. Al lugar, en tiempos normales, concurren aproximadamente 700 alumnos, entre ambos turnos. El establecimiento cuenta con «Ruralidad Uno», lo que significa que los chicos almuerzan allí, todos los días, en el SUM, (salón de usos múltiples), que hace las veces de comedor escolar.
Aunque este año el comedor no funcionó por el COVID, los padres de los alumnos recibieron el bolsón de alimentos y los cuadernillos de actividades provenientes del Gobierno de la Provincia de Bs. As., una vez al mes, como en todas las escuelas.
La Escuela, claro, no es una excepción en su entorno. La zona está absolutamente abandonada por la Comuna. Hace no mucho tiempo, la solución dada por nuestros funcionarios para evitar los continuos robos en el Centro de Salud fue hacerlo cerrar a las siete de la tarde. Y otros colegios del lugar también sufrieron hechos vandálicos, como la Escuela 50 y la Escuela 55. La Comisaría Cuarta, con jurisdicción en el barrio, no cuenta con patrulleros, motos ni medios acordes a las necesidades del lugar.
Volviendo a la Escuela 57, fueron los padres del colegio los que cortaron los pastizales y limpiaron la mugre que habitualmente la circunda, buscando alejar a las ratas del lugar. Tampoco hay «barrido y limpieza» algunos. Y por supuesto, hasta allí no llegan las cámaras de seguridad.
Las soluciones podrían ser muchas, pero pareciera que a muchos no les interesa proveerlas, o no les da la cabeza para crearlas. La inmediata reparación de la alarma, y su conexión con el Centro de Monitoreo de «La Patriada», y el retorno de los viejos «serenos», labor que bien podrían desempeñar algunos de los tantos beneficiarios de planes sociales a cambio de una remuneración justa, son algunas ideas que no costaría mucho poner en marcha.