Por Luján Kunzi
Con la llegada del calor reaparecen los problemas en Florencio Varela, donde decenas de vecinos, de diferentes barrios, sufren la falta de agua desde hace más de un mes.
Con la llegada del calor reaparecen los problemas en Florencio Varela, donde decenas de vecinos, de diferentes barrios, sufren la falta de agua desde hace más de un mes. En las diferentes zonas afectadas, el problema con el suministro comenzó a mediados de diciembre pasado, con falta en algunas zonas y baja presión en otras. Siendo esta, una historia que se repite todos los años y que nunca tuvo una solución.
Querer refrescarse en las jornadas que superan los 30 grados o siquiera higienizarse, resulta una tarea imposible. Inclusive, comprar bidones de agua para hidratarse se ha convertido un lujo, al que tan solo unos pocos, pueden acceder. «Comencé a hacer los reclamos en la semana de Navidad, principalmente por las fiestas y porque iba a haber muchos feriados y pasaron los días y nunca me dieron bolilla», comentó Celeste Romero, vecina del Barrio Hudson a Mi Ciudad.
En esta zona, al igual que en tantos otros barrios comenzó una travesía por el agua. «No nos podemos siquiera lavar las manos, imagínate que llegamos de la calle y nos tenemos que bañar en alcohol para poder cuidarnos», detalló Romero.
Por otro lado, los vecinos aseguraron que durante diciembre, Aysa se hizo presente en el barrio donde les informaron que era un problema de las bombas de agua que dan suministro a esa zona. Los técnicos aseguraron que las mismas quedaron en la otra fase, puesto que Edesur «no les manda la cantidad de energía que necesitan esas bombas». Al parecer estas no funcionan si no tienen la totalidad de su energía. Según los residentes la energía que la empresa emite al equipo es de 280 W y la necesaria es de 380 W.
También llegaron a Bosques camiones cisternas de Esteban Echeverría, acompañados por Defensa Civil, pero solo repartieron agua a las zonas que no se vieron tan afectadas. «Por la avenida Lujan todos tenían los tanques llenos y en nuestra zona nunca vinieron, se excusaban con que no sabían las calles porque eran de Esteban Echeverría y no conocían la zona», explicó Celeste.
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Tras no tener respuestas ni soluciones, Romero comenzó a hablar con los políticos del distrito: «Me comuniqué por redes con Andrés Watson y me contestaron que era un problema por la temporada de calor, pero nosotros en el invierno también tenemos cortes, así que no es un tema de la temporada, es de siempre».
En varias oportunidades, los vecinos solicitaron un camión cisterna, pero Aysa jamás les notificó cuando lo iban a mandar y en qué zona iba a estar. Entre tanto los vecinos de los diferentes barrios se la rebuscan como pueden, como comprando bidones, para por lo menos tener para tomar.
En cuanto a higienizarse o lavar la ropa, se plantea otro problema, y deciden acercarse a casas de amigos y familiares con suministro. También acceden al agua por medio de una canilla municipal, pero hay vecinos que deben recorrer grandes distancias para llegar a ella.
La otra «solución» es aprovechar los días de lluvia para bañarse en el patio y de paso llenar algunos baldes. «En mi caso inclusive usamos el agua que sale del aire acondicionado, estamos en una situación crítica y nadie hace nada», abunda otra vecina.
Sin infraestructura
Es evidente la falta de infraestructura que hay en el distrito. Zonas como Villa Mónica Nueva, Villa Vatteone, Pico de Oro, Santa Rosa, Zeballos, La Capilla, entre otros barrios están sin agua. Considerando que hay 91 barrios en todo el partido, en total hay 49 que se encuentran sin suministro potable. Por lo que de las 500 mil personas que viven en Varela, alrededor de 200 mil no tienen agua.
Luciana, vecina de La Carolina, aseguró que en su zona el corte del suministro fue total. «No somos solo nosotros, en la zona de Ingeniero Allan, Villa San Luis, San Francisco y esos lados no hay ni una gota de agua». También, hay lugares donde el problema principal es la baja presión, como en San Nicolás, el Centro y La Esmeralda, entre otros barrios. Además, están las zonas con baja presión y cortes totales como: La Capilla, Villa Brown, o Villa Argentina.
«En La Capilla siempre faltó el agua. Piensan que por tener bombas para el riego nosotros debemos tomar eso, y no es así, porque no es potable, no es para consumo, nos duele que nos traten así», comentó un vecino de la calle 1632.
«Lo que pasa es que nadie la da la cara, ni Aysa, ni el municipio, nadie, y si bien el municipio impulsa el reclamo, eso no basta, porque no se tiene un plan de respaldo en caso de que no haya soluciones. Tampoco podemos contratar otra empresa de suministro», detalló Celeste.