Los inmorales

Con el Vacunagate, el Gobierno superó todos los límites de la inmoralidad.
Si bien el fracaso de su política -económica y sanitaria- fue una constante durante toda la Pandemia, la revelación de la lista de funcionarios, parientes y amigos del poder vacunados por izquierda no sólo en hospitales sino en el propio Ministerio de Salud destrozó el relato de la épica con el que se intentó disfrazar un concierto permanente de ineptitud y corrupción.
El triste papel de Ginés González García, el mismo hombre que decía que el COVID «estaba lejos», que le preocupaba más el dengue y que para diciembre pasado íbamos a tener 10 millones de vacunados en el país, terminó como suelen terminar las historias de los cobardes: echándole la culpa a una secretaria de un operativo que sólo él y la actual Ministra pudieron haber autorizad...

El compañero Gildo

Hay silencios que aturden. Ni el presidente de la Nación, ni la abogada exitosa, ni las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, ni la Comisión por la Memoria, ni el ex juez Zaffaroni, ni los colectivos de actrices que tanto se indignan con algunos temas pero cierran la boca cuando los involucrados tienen su mismo color político se refirieron a los abusos de poder que ocurren en Formosa. Tampoco Victoria Donda, otra progre de cartón, cuya verdadera cara quedó al descubierto al revelarse como «negreaba» a su empleada doméstica. Ninguno de los supuestos «defensores de los Derechos Humanos» dijo ni media palabra sobre la mujer que perdió su embarazo por estar encerrada compulsivamente en uno de los centros irregulares de detención que el dictador Gildo Insfrán instaló con el pretexto de luchar contra el COVID. Ninguno hizo mención al atropello que miembros de la colectividad wichi de esa p...

Juntos o amontonados

«Hice lo que me mandaste», le dijo Alberto Fernández a Cristina, en el mismo acto en el que su mentora mandó a «buscarse otro laburo» a los ministros que «no se animen» a hacer las cosas como a ella le gustan. La pública confesión no agrega nada nuevo a lo que ya se sabía: siempre estuvo claro quién manda en la Argentina. Pero los exabruptos de la ex presidenta superaron todos los límites en su última «carta abierta» en la que, al cuestionar a la Corte Suprema de Justicia y a la división de poderes consagrada en la Constitución Nacional, directamente puso en jaque al sistema republicano de gobierno, algo insólito desde la vuelta de la Democracia, postura a la cual insólitamente se sumó también el propio Presidente. Seguramente el modelo de poder con el que ella sueña es el que rige en la Venezuela de su amigo Nicolás Madur...

Dos Caras

Un padre ve impedida su entrada a Córdoba, donde viajó a ver a su hija, enferma terminal, que finalmente fallece y de la que nunca podrá despedirse, porque el gobierno cordobés le niega el paso debido a ser «sospechoso» de COVID, aunque el último test le haya dado negativo. Un joven muere ahogado al tratar de cruzar un río a nado porque el todopoderoso gobernador de Formosa, al que Alberto Fernández venera y exalta, cerró la «frontera» de su provincia. Un hombre carga a su hija enferma de cáncer durante varios kilómetros porque el máximo mandatario de Santiago del Estero no permite que ingrese en auto a su territorio. Mientras tanto, el Presidente de la Nación, principal responsable de la «cuarentena eterna» se muestra en múltiples actos sin distancia social y sin barbijo, compartiendo opíparas comilonas con los Moyano, con Evo y con quien le venga...

Las plagas

«Hay funcionarios que no funcionan», dijo Cristina, sobre el gobierno que ella integra. La frase resulta liviana ante el incierto panorama que se vive en un país cuyo rumbo nadie conoce.
Con más de un millón de infectados, el fracaso de la cuarentena más larga del mundo ridiculizó aquellas bravatas comparativas con otros países que el Presidente nos mostraba como «Maestro Ciruela» con sus filminas en el inicio de la Pandemia. Para colmo, Argentina quedó afuera de las estadísticas mundiales sobre el COVID, por no difundir datos confiables.
La falsa opción entre salud y economía terminó con el derrumbe de ambas. Y hasta los «expertos infectólogos» se quitaron responsabilidades por las decisiones tomadas por el Gobierno.
Los medios K, que se escandalizaban cuando el dólar valía 60 pesos, nada dicen ahora, que está a casi 200. Y C...