Roberto Casissa nació el 14 de octubre de 1934, en una quinta ubicada en la costa de Sarandí, lugar por el que hoy pasa el Acceso Sudeste. Viudo de Lidia Galinari, tuvo con ella tres hijos, Daniel –ya fallecido- Jorge y Andrea. Tiene nueve nietos y vive desde que llegó a nuestra ciudad, a fines de los sesenta, en su casa de la calle Dorrego. Con él hablamos para esta sección de Mi Ciudad.
-¿Qué nos puede contar sobre su infancia?
-Era hijo único, mis abuelos eran genoveses y tenían quintas. Me acuerdo que una vez por semana venía la Sudestada, y el agua se nos metía en la casa. Había cientos de mosquitos, y a la noche para poder dormir tranquilos, mojábamos las sábanas, para que no nos picaran. Tanto mi papá como mi mamá trabajaban en la quinta. Eran tanos y trabajaban mucho.
-¿Usted los ayudaba?
-Sí, pero era un trabajo de loc...
Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
Jorge Fernández tiene 80 años. Nació el 20 de septiembre de 1940 en San Gregorio, un pueblo muy chiquito de Santa Fe, donde «no había nada», según recuerda. Le debe su nombre a un caudillo radical de Santa Fe, que se llamaba Jorge Raúl Rodríguez, un concejal al que su padre admiraba. De jovencito, se mudó con su familia a Rosario, donde vivió hasta los 14 años, cuando llegó a Florencio Varela.
Está casado hace más de 55 años con Elvira «Chichi» Serrano, con quien tienen dos hijos, Ariel y Carina, y un nieto, Juan Cruz.
Aunque dice no ser periodista ni escritor, es ambas cosas, y de los buenos. Desde hace años publica en forma artesanal «La Revistita», y hasta elaboró un libro en fascículos donde recopiló interesantes historias locales. El amor por las letras claramente tuvo origen en Genaro, su padre. «Mi...
Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
Mi Ciudad cumplía 30 años y resolvimos publicar la «Revista de las Tres Décadas». En ella, incluimos un reportaje a Francisco Iribarren. Maestro, actor, vecino querido y ejemplar, de él dijo el Padre Delfino en su responso que «fue un sacerdote vestido de laico». Antes de darnos la nota, «Panchito», como todos lo llamaban, sólo nos advirtió una cosa: «No hay nada que me moleste tanto como el elogio». Por eso, sin más introducciones, vamos al reportaje, que hicimos en 1983, agregando sólo una anécdota: fue casi imposible conseguir una imagen suya, porque en todas las reuniones se colocaba detrás de los otros para evitar salir en la foto, o directamente él era quien fotografiaba a los demás. La que finalmente publicamos es una «foto carnet», ampliada.
-Francisco, ¿dónde cursó sus estudios primar...
Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
«¿Que tal , che?». La frase con la que nos recibió, rompió ya de entrada todo el frío que pudiera haberse previsto para la realización de esta nota. Era la primera vez que lo teníamos frente a frente, luego de muchos años en los que por diferentes motivos, estuvimos en desacuerdo con alguna de sus acciones. Sin embargo, no fue difícil conseguir su aceptación para el reportaje y Monseñor Jorge Novak, con 71 años de edad, 45 de sacerdote y ya 23 como Obispo de la Diócesis de Quilmes, recibió a Mi Ciudad en su sencilla oficina dispuesto a contestar todo lo que deseáramos preguntarle, y así lo hicimos. La situación social de «La Voz del Campo», aquel conflicto de la década pasada con el Instituto Santa Lucía, la Teología de la Liberación… Uno a uno, los temas fueron pasando.
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Con solo escucharlo hablar, uno se da cuenta de que el hombre tuvo –y tiene- una vida feliz e intensamente vivida. Aunque en Florencio Varela todos lo conocen como el histórico peluquero del salón «Salako´s», Francisco Rafael Rivarola presenta en su haber una variada gama de actividades: fue boxeador, futbolista, corredor de caballos, jugador de bochas en la López Romero y el club Villa Susana, fundador de la Asociación Amigos del Tango local y hasta tuvo una fábrica de gaseosas y un parque de diversiones. Nacido el 4 de junio de 1942 en un pequeño pueblo de Córdoba, Rafael trabaja en el local de Pina Messina y Elbio Gross, sobre la calle Monteagudo, vive con su pareja, Karina, tiene tres hijos: Sergio, Gustavo y Ariel, y cuatro nietos.
«Mi viejo tenía campo –relata a Mi Ciudad-. Era muy derecho y laburador. Y nosotros lo ayudábamos. Ten&iacut...
Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez